Fotos que quizás no has visto de Santorini

Fotos que quizás no has visto de Santorini

 

      Que levante la mano quien ha soñado con ir a Santorini algún día de todos los días que hemos de vivir.

      Santorini es uno de esos caprichos viajeros, que junto con Capadocia, Petra, la montaña Vinicunca (o de “siete colores” en Perú, para mayores referencias web) y un largo etcétera monopolizan los bucket lists de Instagram.

      La verdad es que esta isla, que forma parte de las Cíclades en el mar Egeo, se encontraba en mi lista desde mucho, mucho antes de que existieran las redes sociales. A mí los nombres “Egeo” y “Cíclades” me suenan, por cierto, a mucho viento; incluso, yo diría que a viento mitológico. En cualquier caso, el viento nunca me llevó hasta ahí en varios años de viaje, sino hasta hace poco.

      Personalmente, considero que entre el azul del mar y el azul de los techos, con el blanco de las nubes y el blanco de sus caraterísticas casas, Santorini es como estar en un curioso cielo, por lo que ha de ser uno de los lugares más fotogénicos y, consecuentemente, fotografiados sobre la faz de la Tierra.

 

Fotos que no has visto de Santorini
Autorretrato instagrameable. Oia, Santorini, Grecia.

      Sin embargo, durante mi visita a esta isla encontré algunas imágenes que, al menos en mi caso, nunca había visto, ni en postales, ni en guías de viaje, ni en redes sociales. Así que, siguiendo lo que aprendí el primer día en mi primera clase de periodismo: “Si alguien ya publicó algo con exactamente el mismo enfoque, entonces ¿para que lo vas a escribir?”, para mi post sobre Santorini decidí dejar de lado las imágenes de iglesias de cúpulas azuladas y de atardeceres con o sin filtro, para decantarme por algunas de estas fotos que no son tan comunes.

      Y es que Santorini, como todos los lugares en este mundo, siempre será mucho, mucho más de lo que vemos en las fotos:

 

      Los rótulos

      Ha de ser muy difìcil para la gente que vive aquí (como lo es para la que vive en otros lugares famosos, tipo Venecia, en Italia, o Ko Phi Phi, en Tailandia), tener que soportar la maldición/bendición de tantos turistas. Para que se den una idea, la población de Santorini es de alrededor de 12 mil habitantes, pero anualmente esta isla recibe a medio millón de viajeros. Exacto: por cada persona que vive aquí, hay más de 40 turistas por año.

      Así las cosas, es común ver por las calles este tipo de rótulos que, sin duda, fotobombean muchas imágenes que luego a la gente le tocará editar:

 

Santorini
Como cuando la iglesia se cansa de que le pasen por encima… Oia, Santorini, Grecia.

 

Santorini
La de veces que esta gente ha de haber tenido otra gente caminando por su techo. Oia, Santorini, Grecia.

 

      Los molinos

      Si ustedes alguna vez han visto las fotos típicas de atardeceres en Santorini, quizás han notado que siempre al fondo se ven unos molinos, muy quijotescos, que al menos a mí me parecen más de un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme que de lugares en que solía cantar la musa la cólera de Aquiles.

      En fin, una primaveral mañana decido ir a darme una vuelta para sacar fotos y entrar en el molino más grandote, que siempre sobresale en la cúspide.

 

Santorini atardecer
El molino al que me refiero es este clásico que se ve siempre al fondo de las postales de atardeceres de Santorini, como en esta imagen en que el sol se oculta detrás del cuerno de la Cow. Oia, Santorini, Grecia.

      Sorprendentemente, cuando llego al molino en cuestión solo estoy yo, lo cual me parece insólito, porque como mencionábamos anteriormente, Santorini es súper-mega-hiper-turístico y aunque es un chuzo, hay que llenarse de una paciencia franciscana para lidiar con tanta gente tomándose fotos por todo lado.

      Sin poder creer en mi suerte, entonces aprovecho para tomar fotos desde todos los ángulos posibles y disfrutar de la omnipresencia del azul griego, que es un azul muy intenso que resalta por todos lados, entre el cielo, el mar Mediterráneo y la bandera griega. Hay países que, al chile, no tienen los colores de su bandera al azar, porque por aquí casi todo es “color azul Grecia”. Además, dejo que el viento me despeine (como se supone, según la filosofía del meme, que se debe disfrutar la vida). 

 

Molino Santorini
Esta es la vista panorámica que se puede apreciar, a su vez, desde el molino de marras. Oia, Santorini, Grecia.

      Así que #TodoBien, hasta que, cuando me dispongo a marcharme, me doy cuenta de que la puerta del molino está cerrada.

      ¡Chan chan chaaaaaaaan! Genial: ¡estoy atrapada en el molino de Santorini!

      Tal parece que los molinos estos son propiedad privada y que por eso, precisamente, no había nadie más que yo, quien de pura casualidad iba pasando justo cuando estaba el portón abierto (como vemos, es esta la vital importancia de los rótulos de KEEP OUT).

 

Molino Santorini
Close up del molino. Oia, Santorini, Grecia.

      Para mi suerte, el muro que lo rodea no es nada alto (y yo tengo experiencia en saltarme tapias desde la más tierna infancia, en que solía escaparme del patio de mi casa) por lo que me lo puedo brincar sin mayor problema y hacer mutis por el foro con mis fotos y con la breve historia de aquella vez en que me quedé encerrada en el molino de Santorini.

 

      La falta de privacidad

      Santorini es un lugar de luna de miel. Romántico. De hecho, cuando yo era más joven, soñaba con un crucero por las islas griegas para mi propia luna de miel, hasta que, en un accidentado viaje a Tailandia, le agarré fobia a los barcos.

      Pero en fin, dejando de lado el mar de Andamán y regresando al Egeo, como mencionaba hay muchas imágenes que suelen verse de Santorini tipo Pinterest, como estas:

 

      No obstante, lo que no te indican estos folletos de luna de miel es que estas minipiscinas, desde las cuales es posible mezclarse con el azul del mar a la distancia, como están en posición panorámica también, panorámicamente, es posible ver a la gente que se refresca en ellas desde casi todos los ángulos posibles.

 

Santorini
Exacto. Cero privacidad. Oia, Santorini. Grecia.

      Definitivamente, no es tan romántico como se ve en las imágenes de luna de miel instagrameables, en especial si todo el tiempo están pasando grupos de turistas siguiendo una sombrilla, o que corren por la isla para ver todo lo posible antes de que los deje su crucero, o personas como yo, que se ponen en plan paparazzi a tomar fotos para ilustrar su blog.

 

      Todos los otros lugares que también son Santorini

      Tal y como lo mencionamos al inicio de este artículo, cuando hablamos de Santorini, lo que generalmente se nos viene a la mente son edificios blancos con armoniosas cúspides azules, enmarcados en atardeceres imposiblemente anaranjados.

      Sin embargo, esas imágenes por lo general corresponden al pueblo de Oia, que se ubica al norte de la isla. Pero, además, Santorini tiene muchos otros sitios para visitar, que incluyen también otros pueblos blanco-azulados, playas y colinas. Y es que, en verdad, esa isla va mucho más allá de los confines rectangulares de una postal.

 

Santorini hiking
Yo la verdad no soy mucho de hiking (o más bien, NADA de hiking).  Sin embargo, Santorini tiene varios sitios para caminar por ahí y verla desde otros ángulos.

 

Santorini
Aunque esta isla es famosa por sus casas blancas y cúpulas azules, también tiene muchos otros colores, más naturales, como este rojo rebelde. Santorini, Grecia.

 

Santorini peñón
Este lugar, que parece así, tipo la Isla de Hierro de Game of Thrones, también es Santorini.

 

Pyrgos Santorini
Además del famoso Oia, existen muchos otros pueblos blanco-azulados en Santorini y mucho menos visitados. Pyrgos, Santorini

 

      Como vemos, Santorini es mucho, pero mucho más que una imagen instagrameable o pinterestca.

      A veces puede que decepcione, porque así como hay un síndrome de París, bien podría haber un “síndrome de Santorini” y de cada lugar con el que uno quizás haya soñado, porque eso sucede con los sueños: cuando se convierten en realidad dejan de ser perfectos porque, simplemente, pasan a ser parte del mundo real y dejan de ser sueños.

      Pero al menos en mi caso, yo prefiero que dejen de ser sueños y pasen a ser recuerdos, de esos que me llevaré conmigo hasta el último día de todos los que he de vivir sabiendo que, en algún momento, caminé por una realidad azul celeste de casas, mar y cielo.

 

      Algunos tips si vas a Santorini:

  1. En mi caso, yo fui a Santorini en abril y creo que fue el momento perfecto para ir: el clima estaba fresco y agradable (en contraposición al verano, que ha de ser un horno helénico). Además, por no ser aún temporada alta no había hordas de turistas y, como bonus extra, pudimos disfrutar de la Pascua Ortodoxa, que es una época hermosamente tradicional en Grecia, con vigilias con cadelas, todas las campanas de la isla sonando a medianoche y fuegos artificiales. Uno de los recuerdos más felices de toda mi vida por cierto. Inolvidable.
  2. Santorini es tierra de tours. Sin embargo, también es tierra de griegos que viven aquí de toda la vida y que usan su transporte público, el cual es barato y conecta eficientemente los puntos principales de la isla. Todo esto sale mucho más económico que un tour o que alquilar un auto.
  3. Tal y como mencionábamos anteriormente, además de Oia, el pueblo famoso que todo el mundo toma por Santorini en su totalidad, existen muchos otros puntos de interés en la isla. Si lo tuyo es ver el pueblo de postal, con una tarde basta para recorrerlo a grandes rasgos. Pero si tenés unos dos o tres días más, podés disfrutar de otros lugares, como la playa roja (muy rebeldemente contrastante con el azul predominante griego), una visita al volcán (que al menos a mí me pareció muy decepcionante, pero ahí está porque si gustos no hubiera, tours a volcanes no se vendieran) y el súper random Museo del Tomate.

 

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